Vuelven las fiestas populares, y los correbous…

Después de dos años de restricciones a causa de la pandemia, hemos podido volver a celebrar las fiestas mayores tal y como las hemos celebrado siempre, a nuestro modo, saliendo a la calle, haciendo valer su carácter local único y especial para quienes lo han vivido desde pequeños; su talante popular colectivo lleva a cabo una función vital de cohesión social, de momento emblemático para cada municipio y como momento de reencuentro entre amigos y familias, entre aquellos que todavía viven en su pueblo de nacimiento con quienes se han ido y con los que han venido.

Este año, las fiestas mayores se han convertido en masivas, dado que dos años de restricciones -debido a la irrupción de la pandemia- han imposibilitado estas manifestaciones culturales festivas que son esenciales en la cultura de los Paises Catalanes. Sin embargo, hay fiestas mayores catalanas en las que han vuelto a celebrarse «correbous», una práctica incompatible con el respeto y el bienestar de los animales, una estulticia que pone en peligro a muchas personas, sobre todo a chicos jóvenes, que resulta del todo innecesaria, ya que la gran mayoría de fiestas mayores catalanas ya contemplan las manifestaciones culturales basadas en el culto a la figura del toro, pero a partir de figuras de cartón-piedra, con una rica presencia de mulas, bueyes de fuego e incluso camellos estrafalarios en los séquitos festivos de todo el territorio catalán, porque no debemos olvidar que el talante pacífico, el respeto y la buena convivencia, también forma parte del éxito de nuestras fiestas mayores.

En noviembre del 2019, la villa bagenca de Santpedor celebró una consulta popular en la que la población decidió poner fin a las vaquillas. Este año, del 9 al 13 de junio, tras el paréntesis forzoso requerido por el cumplimiento de las medidas sanitarias, Santpedor, como todas las villas catalanas, ha podido volver a celebrar su fiesta mayor a la forma tradicional. El programa de la fiesta mayor no ha incluido las vaquillas, pero sí que ha incluido un encuentro de toros de fuego de Cataluña en conmemoración de los 40 años de la recuperación de esta tradición santpedorense, una recuperación que también se llevó a cabo en otros muchos municipios después de la dictadura franquista, momento en que se configuraron muchas fiestas mayores tal y como las conocemos hoy.

Este año en Santpedor, la plaza Gran U d’Octubre recibió, además de los Toros de Fuego de Santpedor, los de Valls, los de L’Hospitalet de Llobregat, los de El Vendrell y la Momerota y la Momeroteta de Mataró, una extraordinaria representación de las mulasas y los bueyes de fuego más emblemáticos de Cataluña y que ha permitido celebrar la fiesta con toda su esencia, ya que en todos los municipios -que por diferentes vías han abolido los correbous- la fiesta ha mejorado en muchos aspectos. Sin embargo, es posible que Santpedor celebre una segunda consulta sobre las vaquillas, ya que un grupo de ciudadanos ha reunido un millar de firmas para pedirlo de nuevo al consistorio… ojalá no demos ningún paso atrás, las fiestas con bueyes reales no son únicamente un tormento para los animales, sino que cada año debemos lamentar decenas de heridos e incluso muertos. Este año ha habido, hasta el momento de la publicación de este artículo, la cifra de 6 fallecidos en los correbous del País Valenciano.

Dejando atrás una pandemia, pero sin olvidar todo lo vivido, ahora es momento de mirar adelante con optimismo y apostar por una transformación de unas fiestas crueles en otras sin maltrato animal. No se trata de un «no a la fiesta», al contrario. Como ya expliqué en un artículo pasado, erradicar los abusos a los animales en las fiestas populares no comporta una pérdida de las tradiciones populares ni de nuestra cultura, sino que se convierten en una reafirmación de nuestra identidad cultural al poner de manifiesto que la nuestra es una cultura altamente evolucionada.

Helena Escoda es historiadora, antrozoóloga, autora de ensayo y portavoz de la Coordinadora per l’Abolició dels Correbous de Catalunya (CACC).

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